jueves, 1 de septiembre de 2011

Uno, dos, tres

      El comentario de esta película es el más fácil que he hecho hasta ahora. Esta película es “IMPRESCINDIBLE”.

      Podría decirse, y sería correcto, que esta película es una obra maestra de uno de los mejores directores de la época dorada de Hollywood. Podría decirse que sus diálogos están elaborados con hilo y aguja y que cada frase desde el principio hasta el final es un perfecto tapiz, y sería correcto. Podría decirse que, estando protagonizada por James Cagney no puede decepcionar porque es un gran actor y en esta película está excepcional, y sería correcto. Podría decirse que es una genialidad el tratar la situación existente en el Berlín en esa época en clave de humor, y sería correcto.

      Pero esta película hay que verla simple y llanamente porque es muy, muy, muy divertida, y no hace falta decir más.

      Quizá la fama de obra maestra del humor la tenga su película “Con faldas y a lo loco”, que también es muy divertida, pero esta película deja atrás cualquier otro tipo de planteamiento que no sea la risa. Por eso, no como película pero sí como película de humor, esta película supera a la anterior (aunque ambas son igual de recomendables y ver la una conlleva la inmediata necesidad de ver la otra). Y, por supuesto, ahí está también “El apartamento”, que supera a ambas. Pero como comedia pura, esta película no tiene parangón en la filmografía de ningún otro director.
Tíulo original: One, two, three
Director: Billy Wilder
Reparto: James Cagney, Horst Buchholz, Pamela Tiffin, Arlene Francis, Leon Askin, Howard St. John
Año: 1961