Si al hablar de Los descendientes decíamos que básicamente la película era George Clooney ahora tendríamos que decir que esta película es Glenn Close. Lamentablemente, no es suficiente. La ambientación y el argumento prometen (no revelamos nada sobre la película si decimos que Albert Nobbs, el personaje interpretado por Glenn Close, es una mujer que se hace pasar por hombre para poder trabajar en unos tiempos en los que ser mujer y trabajar era una posición existencial con muchos límites), pero la ejecución del proyecto parece que tiene demasiados desajustes que lo avocan hacia un final precipitado y mal presentado que rompe con la buena tónica narrativa de la película.
La interpretación de la protagonista es estupenda, pero de ahí a creernos que parece un hombre (o más bien, a creernos que no es Glenn Close) hay una distancia que durante 90 minutos se nos antoja insalvable. Lo siento pero rechina en lo más profundo de los sentidos. Quizá en tono de comedia como ha sido el caso de otros intentos (Tootsie, Sra. Doubtfire…) se pueda pasar por alto con más ligereza pero en clave de seriedad deberíamos remitirnos tal vez aBoy’s don’t cry como una más acertada transformación/adaptación.
Esto no quiere decir que ella, Glenn Close, no lo haga bien, que lo hace, y que si nos olvidamos de este detalle la película nos va llevando más o menos bien, pero en cualquier caso hacia el final tropezamos y la caída es ya de esas que no permiten levantarnos otra vez. Concluyendo, la única razón que se me antoja para ver esta película es la curiosidad de verla a ella y poco más.
Dirección: Rodrigo García.
Reparto: Glenn Close, Mia Wasikowska, Aaron Johnoson, Jonathan Rhys Meyers, Brenda Gleeson, Maria Doyle Kennedy, Janet McTeer, Brenda Fricker, Pauline Collins, Bronagh Gallagher.
Año: 2011
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