Parece que Allen ha
cogido un montón de postales de París, las más hermosas, y las ha revuelto por
el tiempo y por el arte hasta conseguir inventarse una maravillosa historia. No
creo que nadie se haya aburrido viendo esta película. Simplemente hay que
dejarse llevar y creérselo todo. Se trata de un pequeño cuento lleno de magia
en el que el protagonista interpretado por Owen Wilson, como alter ego de Allen
(seguro que con unos cuantos años menos él mismo habría protagonizado la
película como en tantas otras ocasiones) se va dejando sorprender por la
historia llena de inverosímiles acontecimientos al mismo tiempo que el espectador. Quizá el deseo de que nos estuviera pasando a nosotros
mismos esa historia, que tan bien personifica el protagonista, es lo que más
motiva a seguir mirando la pantalla.
Sin olvidarnos del reparto, que está muy bien
elegido (aparte de Owen Wilson y Rachel McAdams, que interpreta a su prometida,
con interpretaciones controladas para no caer en un patético comedísmo
innecesario, Marion Cotillard brilla con luz propia y los secundarios
constituyen un mosaico imprescindible para que la verosimilitud de lo inverosímil del relato, si
acaso es posible que la haya, se mantenga), la película hace gala de elegancia
en cada plano con imágenes muy cuidadas y una iluminación fabulosa que
contribuye en gran parte a darle ese ambiente mágico a la cinta. Es decir, ante
su indudable factura, nos rendimos y afirmamos, ¡otra vez Allen!
Parece que este nuevo
relance de su carrera que comenzó con la estupenda película Match point (la
cuál nos sorprendió a todos no sólo por su rodaje en Londres sino por el tono
thriller de la misma, más allá del tocado de humor de una de sus obras maestras
Misterioso asesinato en Manhattan) aún tiene mucho que dar de sí, no sabemos si
gracias a la inspiración que Europa le pone en bandeja al director, pero seguro
que algo de eso hay. Lo cierto es que la vuelta de Allen a París, ese Allen
europeo que está recorriendo Londres, Barcelona, París de manera desbocada con
su cámara, tiene buena acogida en el viejo continente que siempre ha valorado
más su obra que en Estados Unidos, aunque si miramos las nominaciones de los
Oscars a lo mejor tendríamos que tragarnos estas palabras.
Pero volviendo a la
película que nos ocupa, para nostálgicos, soñadores, poetas y espectadores
despreocupados esta película es una joya, absténganse sesudos analistas y duros
de entendimiento. Junto a The artist, es una clara candidata, así que vayan a verla para disfrutar del cine en su sentido más primitivo.
Dirección: Woody Allen
Reparto: Owen
Wilson, Marion CotillardRachel McAdams, Kurt Fuller, Mimi, Kennedy, Michael
Sheen, Nina Arianda, Kathy Bates.
Año: 2011
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