Cuando
un director se mueve en un lenguaje que le gusta se nota. Y eso es lo que le
pasa a Fernando Trueba con el jazz. Si ya nos encandiló con la maravillosa
experiencia latino-jazzística Calle 54, ahora vuelve con una joyita de
animación que combina el sabor de cuba con la música de jazz y con una clásica
y maravillosa historia de amor y de vida. No traten de pensar en una película
más de animación, de esas que en los últimos años inundan las carteleras, sobre
todo en fechas estratégicas, para multitudinizar los cines con niños y adultos
por igual (algunas dignísimas y recomendables también, por supuesto), porque no
es así. Chico y Rita es otra cosa; es una película en la que el dibujo es una
cuestión de estilo y no una premisa.
Lógicamente
la actriz principal de esta película es la música. De ello se encarga el
inigualable número uno Bebo Valdés que combina los ritmos caribeños con los más
clásicos standards de jazz y el resultado es de una elegancia impresionante. El
cd, con 30 temas muy cortitos, merece la pena ser escuchado también
independientemente de la película, pero la combinación con las ilustraciones en
movimiento ha quedado francamente bien.
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